Os dejo un post muy interesante del blog OCUPATEA.ES sobre funciones ejecutivas.
En este post vamos a tratar de definir que son las Funciones Ejecutivas de una forma sencilla, además de tratar de relacionar su funcionamiento con las Actividades de la Vida Diaria. En posteriores posts trataremos de ahondar en otros aspectos de las mismas (desarrollo, evaluación, intervención…) ya que es un tema sumamente amplio e interesante. Así, para comenzar, nos podríamos plantear una serie de cuestiones como ¿qué subprocesos abarca?, ¿cómo se evalúan?, ¿cómo se desarrollan?, ¿qué podría ocurrir ante hay un fallo en su funcionamiento?, ¿cómo influyen en las actividades de la vida diaria?… y un largo etc.
¿Qué son las Funciones Ejecutivas?
La complejidad del estudio de las Funciones Ejecutivas es enorme, de ahí que se le considere un “constructo paraguas” y que nos podamos encontrar con definiciones muy distintas. El primer autor en realizar una definición de las Funciones Ejecutivas, sin nombrarlas, fue Luria (1966), definiéndolas como “una serie de trastornos en la iniciativa, la motivación, la formulación de metas y planes de acción y el autocontrol de la conducta, asociados a lesiones frontales”. Sin embargo, la denominación del término se le atribuye a Lezak (1982), que las caracteriza como “las capacidades mentales esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y aceptada socialmente”. Verdejo-García y Bechara (2010) las definen como “el conjunto de habilidades implicadas en la generación, supervisión, regulación, ejecución y reajuste de conductas adecuadas para alcanzar objetivos complejos, especialmente aquellos que requieren un abordaje novedoso y creativo”.
En suma, las distintas definiciones se refieren al conjunto de funciones relacionadas con el control, organización y coordinación de otras funciones cognitivas dirigidas al logro de una meta. Por ejemplo, si yo tengo que preparar la comida para dos personas (meta), tengo que planificar los utensilios e ingredientes necesarios para la receta, comprobar si tengo todos los ingredientes, si no los tengo, ir a comprarlos o pensar otra alternativa para comer, secuenciar los pasos de la receta, estar atenta al tiempo de cocción, etc.
¿Qué subprocesos abarca?
Nos podemos encontrar con un gran abanico de clasificaciones en función del autor que consultemos. Vamos a definir algunas de las más citadas.
- La Inhibición es la capacidad para interrumpir una respuesta que ha sido automatizada, inhibiendo una respuesta prepotente.
- La Memoria de trabajo mantiene y manipula temporalmente la información necesaria para la tarea que se está realizando.
- La planificación es la capacidad para identificar y organizar los pasos necesarios para llevar a cabo una acción, laborando un plan.
- La flexibilidad es la capacidad para alternar entre distintos patrones de ejecución en función del medio, siendo capaz de cambiar los planes en función de dichas demandas.
- La monitorización implica supervisar la ejecución adecuada y eficaz de los procedimientos en curso.
¿Cuál es su implicación en las Actividades de la Vida Diaria?
Llegamos a este punto, quizá podamos ser capaces de comprender el impacto de fallos en esta función en nuestras Actividades de la Vida Diaria, y entre otros abarcaría dificultades en:
- Toma de decisiones
- Resolución de problemas
- Regulación emocional y de conducta
- Generalización de los aprendizajes
- Adaptación a situaciones imprevistas y novedosas
- Sentido de la actividad
- Hacer planes, organización, secuenciación de pasos
- Escasa resistencia a la distracción y la interferencia
- Organización y manejo del tiempo
Así, una persona con dificultades en la Planificación, puede tener dificultades a la hora de realizar los pasos para lavarse los dientes, ducharse o vestirse, omitiendo pasos y/o alterando el orden lógico. Una persona con dificultades en la Monitorización, puede dar por acabada la secuencia del lavado de manos, sin que las manos estén totalmente secas. Esto también le puede ocurrir a una persona con gran impulsividad, con dificultades para Inhibirse o autorregularse, a la que cuando le preguntas si las manos están bien secas, se da cuenta que no lo están. Así, tomar la decisión de si cruzar o no un paso de peatones, elegir a ropa en función de las circunstancias, parar de enjuagarse el cuerpo en el momento adecuado, una vez que ya no tiene jabón, parar de peinarse cuando ya no tiene tirones en el pelo… y un millón de situaciones más que involucran a las Actividades de la Vida Diaria, pueden necesitar de un reentrenamiento o compensación para ayudar a la persona a ser funcional.
Las personas con distintos diagnósticos, entre ellos personas con Trastornos del Espectro del Autismo, Daño Cerebral Adquirido o Hiperactividad, Trastorno Específico del Lenguaje o Discapacidad Intelectual, pueden tener déficit en estas funciones (ver revista de Neurología).
Lecturas recomendadas:
- Martos-Pérez J, Paula-Pérez I. Una aproximación a las funciones ejecutivas en el trastorno del espectro autista. Rev Neurol 2011;52 (Supl. 1):S147-S153
- Verdejo-García, A., y Bechara, A. (2010). Neuropsicología de las funciones ejecutivas. Psicothema, 22(2), 227-235.
- Tirapu-Ustárroz, J., Muñoz-Céspedes, J., y Pelegrín-Valero, C. (2002). Funciones ejecutivas: necesidad de una integración conceptual. Revista De Neurología, 34(7), 673.
- Diversos artículos sobre funciones ejecutivas. Revista de neurología. Enlace.